Este combustible se produce de polvo de madera previamente secado, comprimido a alta presión y alta temperatura, sin la adición de ningún aglutinante químico. Las piezas se pegan debido a la liberación de lignina, contenida en las células vegetales. Seguidamente, las briquetas se enfrían y se empacan.
La cascarilla reforzada en la superficie de la briqueta evita su desmenuzamiento y la penetración de humedad. El origen vegetal de la materia prima proporciona a este combustible una excepcional pureza ecológica y seguridad al utilizarlo en cualquier cantidad necesaria.